De Rementería defendió además que “la regularización del consumo tiene tres importantes ventajas, en particular para los adolescentes y jóvenes: primero, aleja a los usuarios de los mercados ilícitos con sus riesgos de violencias, criminalización y engaños sobre calidad y precios de las sustancias; segundo, al institucionalizar el consumo en mercados reguladospermite intervenir a los jóvenes con propuestas alternativas o de menor riesgo sanitario y pactarlas con ellos, cosa que no es posible en un mercado ilícito, hay real control sanitario de los usuarios; tercero, permite regular la calidad sanitaria de las sustancias controladas, ya que la mayor parte de las patologías y muertes asociadas a su consumo se debe a la toxicidad de sus aditivos, desinformación sobre las reales calidades de sus contenidos psicotrópicos –sobredosis-, malas prácticas de consumo, etc.”.
Sobre el futuro de este debate, el experto dijo que “necesariamente se tendrá que legislar sobre mercados regulados de drogas o sustancias controladas. Como lo señala la experiencia internacional de 24 estados de los Estados Unidos de América, los Países Bajos, Portugal, Uruguay y Jamaica, el auto cultivo de marihuana es una buena manera de instalar el debate e implementar las reformas legales, pero si no se regulariza el mercado de las sustancias psicoactivas simplemente se mantendrá el rol hegemónico de los mercados ilícitos y el papel protagónico del narcotráfico en esta política sanitaria, social y criminal, esta es la recomendación de la Secretaría General de la OEA a los presidentes de las Américas en 2013 y de los ex presidentes agrupados en la Comisión Global Sobre Políticas de Drogas (2011)”.
Por otro lado...:
Psiquiatra Mariano Montenegro:
El psiquiatra Mariano Montenegro sostuvo que está “demostrado los daños brutales de la marihuana para la salud”. En una entrevista radial junto con minimizar las cualidades terapéuticas del cannabis, sostuvo que “altera la memoria, la concentración... altera la motivación y también aumenta la psicosis, aumenta la locura”.
Mariano Montenegro, nombrado recientemente director del Senda, es el principal defensor de la estrategia represiva vigente frente al cannabis, amenazada por el reciente proyecto aprobado por la Cámara de diputados para despenalizar el porte, cultivo y uso medicinal de la planta.
El otro férreo defensor era el senador Jaime Orpis (UDI), mas por estas fechas está ocupado dando explicaciones de los dineros que recibió mensualmente por dos años del grupo Angelini mientras se desempeñaba como senador. Orpis, al igual que los narcotraficantes, usó como pantalla para lavar el dinero la Fundación la Esperanza, creada con la excusa del ‘combate a las drogas’.
La entrevista a Montenegro fue presentada por la conductora del programa de radio diciendo que son “preocupantes resultados” los datos entregados por el Senda esta semana sobre aumento del consumo de cannabis.
Montenegro aclaró que su intención no es ‘ideológica’. “No vengo desde una postura ideológica, mi postura es clínica, científica, de protección de la salud”- sostuvo.
El psiquiatra se preocupó de objetivar como el principal problema del cannabis el consumo, reduciendo el problema al usuario y comentando que “la mayoría de la gente que estamos perdiendo en Chile es por la marihuana”.
Nunca especifica de qué perdida está hablando.
DEL THC A LA ADICCIÓN
En la entrevista, el director del Senda también acusó que hoy existe una mayor concentración de índice de THC en las plantas de cannabis, lo que la hace más peligrosa. Montenegro establece una relación causal entre el THC y la “adicción generada por el cannabis”.
El THC (tetrahidrocannabinol) es el principal compuesto activo de la marihuana, provocador de sus efectos en la sensibilidad. En la argumentación de Montenegro una molécula aislada en un laboratorio de Israel en 1963, es provocadora por si sola de una ‘adicción’. Jamás explica el mecanismo como es que esto opera. Montenegro encuadra así las infinitas posibilidades de experiencias establecidas por cada persona con una sustancia, en el modelo biomédico dado a la enfermedad mental. Así el THC aparecería como un agente etiológico causador de una enfermedad que sería la adicción.
El encargado de las políticas de drogas en Chile, da cuenta así de un estilo de pensamiento que reduce todo un complejo cuadro que lleva a una persona a desarrollar un uso excesivo de una sustancia a una cualidad intrínseca de la molécula de THC.
El psiquiatra Avelino Jiménez comenta que en esta explicación, “como siempre la ciencia farmacológica selecciona lo que le interesa y lo aísla, purificándolo de otros efectos”.
Jiménez agrega que “podría haber una relación entre adicción y cannabis, pero no es tan directa. La planta puede tener muchos componentes, lo que hace que tenga un efecto diferente. También paso entre la hoja de coca y la cocaína, entre el opio y la heroína. También hay licores de distintas graduaciones de alcohol. La gente escoge lo que busca y hay algunos que tienen mejores condiciones para ser exitoso en el manejo de una droga. Es my subjetivo”.
También advierte que la Oficina para las Drogas y el Delito de la ONU en una publicación dedicada a la marihuana del año 2006 decía que los altos índices de THC de algunas plantas, no son representativos para definir el consumo de marihuana de las mayorías. De esta forma no hay como medir cuantos consumidores consumen cannabis con altos índices de THC. “Tenemos que aceptar que los usuarios tratan de buscar lo que quieren lograr”- agrega Jiménez.
CANNABIS SIN CUALIDADES MEDICINALES
Respecto de las cualidades terapéuticas del cannabis, Montenegro sostiene que hay un modesto estado del arte respecto de cannabinoides. Luego agrega que si tuviese dichas propiedades “los laboratorios lo tendrían patentado hace cien años”.
El desconocimiento de los entrevistadores permitió pasar a Montenegro otro gol a la ignorancia pública. De partida, una planta no se puede patentar y lo que sí ya es objeto de una verdadera carrera científica es la patente de los cannabinoides, desde que en la década de 1960 fueran vislumbrados en el laboratorio del científico israelí Raphael Mechoulam.
El gobierno de EE.UU., representado por el Departamento de Salud y Servicios Humanos, en 2003 ya obtuvo la Patente 6630507 sobre los cannabinoides. Paralelamente, las grandes farmacéuticas también han inscrito múltiples patentes de los 70 compuestos reconocidos como cannabinoides, producidos exclusivamente por la marihuana, que integran los 480 compuestos hasta ahora encontrados en la planta. Paul Armentano comenta que “el creciente interés por la ciencia subyacente ha ido acompañado de un crecimiento en el número de fármacos cannabinoides en desarrollo farmacéutico de 2 en 1995 a 27 en 2004. Al mismo tiempo que la Asociación Médica de Estados Unidos está proclamando que la marihuana no tiene valor médico, Big Pharma está en un frenesí de llevar decenas de nuevos medicamentos, basados en el cannabis al mercado”(1).
Recordemos a Montenegro que la industria farmacéutica logró ya en la Conferencia de Drogas de 1971 que los precursores y derivados del cannabis salieran de la Lista I de estupefacientes, logrando así que en 1987 el gobierno estadounidense solicitara que el dronabinol (un cannabinoide) se trasladara de la Lista I a la II (2)
Las farmacéuticas de Europa e Israel están ansiosas por desarrollar fármacos basados en las investigaciones de Mechoulan. En una entrevista realizada en 2012, el científico dijo que en la actualidad no hay farmacéutica importante que no tenga un programa de investigaciones en cannabinoides. “Creo que los cannabinoides representan un tesoro medicinal que espera a ser descubierto”- sostuvo Mechoulan (3).
En Chile no se desarrolla hasta ahora ningún proyecto de investigación dedicado a los cannabinoides.
LA SALUD DE NUESTRO PUEBLO
En la entrevista Montenegro también convocó a “cuidar la salud de nuestro pueblo”. En su argumentación, sostiene que la marihuana es la principal causa de tratamientos por drogas en Chile, acusando un consumo problemático masivo en “población vulnerable”, o sea, en los más pobres.
Lo que no dice Montenegro es la fuente de esas cifras. Un dato no menor es que en la actual ley de drogas, una salida cuando se es procesado por consumidor es acogerse a un tratamiento médico. O sea, la misma ley patologiza a usuarios no problemáticos obligándolos a recurrir a un tratamiento médico y así acaban abultándose las estadísticas.
“Mucha represión, mucha prevención escolar y mucho tratamiento”, es la fórmula del psiquiatra, quien llama a una cruzada contra las drogas y el alcohol.
Para esto, Montenegro pide un relato protector y de enorme advertencia respecto de los daños de la marihuana. “Aquí está demostrado los daños brutales de la marihuana para la salud”- sentencia.
Montenegro también comentó que a través de diálogos ciudadanos “los padres nos dijeron: dennos herramientas para cuidar nuestros hijos, queremos hijos sanos, con rendimiento escolar adecuado. No queremos factores de riesgo”.
“Por eso vamos a llenar de herramientas”- dijo, actualizando su función terapéutica, destacando las repetidas palabras de la ‘prevención’.
En un su ideal de comunidad pura, muy propio de la retórica de la eugenesia y de la higiene racial propagada por el estamento médico de principios del siglo XIX, Montenegro dijo que el problema de despenalizar el cultivo de cannabis y permitir su consumo va en contra del “país que queremos construir, que es un país más sano, un país sin sustancias dañinas para la salud (…) Qué país queremos construir, con que jóvenes queremos avanzar, que descendencia queremos tener”.
